Texto de Miguel Pascual Cabrera, en la crónica nº 69-70 de 2004
Pretendo en este artículo escribir de las mujeres pioneras de Valdepeñas de Jaén, en el primer tercio del siglo XX, haciendo hincapié en el gremio de la panadería, queriendo rendir un homenaje a las mujeres que con su empeño, riesgo y tenacidad sacaron
adelante un negocio en esa España de pobreza y penuria.
Existiendo alguna más en el tiempo citado, quiero centrarme en relatar las panaderías siguientes : El Molino Alto Santa Ana y la Panadería de la Maestra.
En el Molino Alto Santa Ana, donde se encontraban las hermanas Delgado: Carmen y Josefa, hijas de Serafín, molinero y panadero que perdió la vida a consecuencia de un accidente en el molino, teniendo una gran fama entre la población del pueblo por ser el único que elaboraba «El Pan Blanco» cuya fórmula cualitativa era harina, agua y sal y un trabajo especial en el cilindro.
Carmen y Josefa al quedar se huérfanas, continuaron la labor de su padre elaborando pan y cuando llegaba Navidad eran excelentes pasteleras de los dulces típicos Navideños. Quiero resaltar que también dedicaban una parte de su tiempo a lo que en la actualidad se llama I+D (Investigación y Desarrollo), consiguiendo comercializar en el año 1.979 los Roscos de Galleta, que continúan hasta nuestros días. Hoy que estas Valdepeñeras se encuentran en el
cielo, continúan el negocio los hijos de Carmen: Serafín y José, consiguiendo superarse cada día.
La Panadería de la Maestra, que era regida por Rosario, que al quedarse viuda en el año 1935 tuvo que continuar con el negocio para sacar a sus hijos Rafael, Dolores, Leticia y Manuel adelante, que eran pequeños y según iban creciendo, se integraban en la panadería para ayudar a su madre, elaborando pan y utilizando las valdepeñeras el horno para cocer los pasteles que hacían en casa; ya se encuentran en el cielo doña Rosario y su hijo Rafael. En la actualidad esta panadería está regida por Francisco y su madre que tu vieron el detalle de mantener el nombre primitivo de «La Maestra».
He querido rendir un homenaje a las mujeres valdepeñeras del siglo XX, sin dejar de reseñar que las jóvenes de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, trabajan en este gremio, estudian, emigran por temporadas y tienen un a gran mayoría titulaciones técnicas y superiores aportando una gran riquezaa este hermoso pueblo.
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