Lobos, zorros, tejones, nutrias… Animales de gran belleza y tremendamente protegidos en nuestros días que, sin embargo, allá por los siglos XVI-XVIII suponían graves problemas para el mantenimiento del ganado y de los cultivos en el reino de España. Tanto era así que los monarcas reinantes en esos años promulgaron diferentes leyes a través de las cuales se premiaba a quienes dieran muerte a estos animales considerados dañinos.
Entre ellos, Carlos I, quien ya en 1542 dictó la primera ley sobre caza de predadores de la que tenemos referencia: “Facultad de los pueblos para ordenar la matanza de lobos, dar premio por cada uno y hacer sobre ello las ordenanzas convenientes”.
También, dos siglos después, en 1788, Carlos III publicó una nueva Real Cédula para reglamentar la celebración de batidas y monterías. El objetivo que perseguía el monarca era proteger el ganado y los animales de corral. Incluso, se permitía a los municipios destinar parte de los fondos del Caudal de Propios a premiar a quienes dieran muerte a estos animales.
Como decíamos, se trataba de un problema que se extendía por todo el Reino. Y también, en los aledaños de Valdepeñas de Jaén, donde la proliferación de lobos y zorros, entre otras especies, empezaba a ser un grave problema para el ganado y los cultivos.
Y quién mejor que nuestro colaborador Victoriano Muñoz Rueda, Cronista Oficial de Los Villares, para explicarnos en qué situación se encontraba Valdepeñas de Jaén y sus alrededores sobre esta problemática y qué medios se utilizaban para solventarla. De ello nos hablará extensamente en nuestra próxima crónica. Hoy, sin embargo, te dejamos un adelanto.
Tras la consulta en el Archivo Histórico Municipal de Los Villares, Victoriano ha podido saber que los dos medios utilizados para la protección del ganado y control de alimañas fueron: ‘los aleos’, batidas por grupos organizados de vecinos, y ‘los premios por la muerte de animales dañinos’, realizados a nivel individual.
Para su artículo, y de entre los documentos de los siglos XVIII y XIX que recogen y registran los aleos practicados y relaciones nominales de los premios concedidos a vecinos de Los Villares, Jaén, Valdepeñas y de otras poblaciones limítrofes, se ha centrado en uno de los libros de los denominados “Premios por la muerte a animales daniños”. Concretamente, en el legajo 2343, que bajo el título “Libro en que se anotan los premios que se dan a las personas que ante esta Real Justicia presentan alguna cabeza de lobo, zorro y otro animal dañino según lo prevenido en el Reglamento expedido a este fin por S.M. en fecha 27 de enero de 1788”, presenta en sus páginas numerosas referencias de vecinos de Valdepeñas de Jaén que fueron partícipes de estas batidas y, por tanto, merecedores de la recompensa.
¿Y cuál era esta recompensa? Pues dependía del grado de peligrosidad del animal y de su capacidad de causar daño en la ganadería. Te dejamos algunos ejemplos:
Lobo: 88 reales, tanto en 1788 como en 1795.
Zorro: 10 reales en 1788 y 20 reales en 1795.
Tejón: 10 reales en ambas fechas.
Águila: 10 reales en ambas fechas.
Búho: 10 reales en ambas fechas.
Y, para terminar, y también a modo de ejemplo, queremos dejarte algunos nombres de los vecinos valdepeñeros que fueron premiados por el Caudal de Propios de Los Villares por la muerte de lobos, zorros y alimañas entre 1788 y 1807.
Manuel Matías Martos, quien el 16 de mayo de 1788 entregó una zorra por la que recibió 10 reales.
Juan Galán, quien el 1 de mayo de 1791 entregó la cría de un zorro por la que recibió 4 reales.
José Martínez, quien el 22 de agosto de 1792 entregó un tejón por el que recibió 10 reales.
Recuerda que esto es solo una pequeña parte de lo que podremos encontrar en el artículo completo que se publicará en la crónica número 133 de Lugia, donde podrás conocer mucho más sobre estos premios, así como algunos nombres más de los valdepeñeros que consiguieron premios por la cabeza de un lobo, un zorro o un tejón.
Comments