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Celebramos el Día de la Música hablando de fandangos valdepeñeros


Hoy es 22 de noviembre y es Santa Cecilia, patrona de los músicos. Para celebrar el Día de la Música vamos a adelantaros un artículo que saldrá en nuestra próxima crónica, la 135, y que firma Guillermo Castro Buendía, doctor en Historia del Arte con la tesis ‘Formación musical del cante flamenco. En torno a la figura de Silverio Franconetti (1830-1889)’ y titulado superior en guitarra clásica.


Guillermo Castro Buendía. Foto publicada en su web.

El artículo viene a colación de uno de los primeros trabajos realizados por el autor sobre los fandangos, donde explicaba “la existencia de diversos estilos poco frecuentes u olvidados que se escapan de la forma habitual de seis tercios y tonalidad frigia, alguna de ellas relacionadas además con formas de jota”. Un trabajo que fue completado con estudios posteriores, entre los que se encontraba ‘Los Fandangos Jienenses’.


Con motivo de este Día de la Música, desde Lugia nos pusimos en contacto con Guillermo para recuperar este trabajo y poder mostrároslo en nuestras páginas.


Antes de entrar a hablar del fandango valdepeñero, es necesario ponernos en situación para saber de dónde procede el estudio que lo incluye. Nos explica Guillermo: “Fue María de los Dolores de Torres Rodríguez de Gálvez (1901-1968) quien realizó el Cancionero Popular de Jaén antes de 1955, año en que se le concedió el premio por la Sección Cuarta del Instituto de Estudios Giennenses. Sin embargo, la publicación no vio la luz hasta 1972”.


Es en su apartado de los fandangos cuando sale a colación los de Valdepeñas: “María de los Dolores indicaba que el paseo del fandango de Valdepeñas llamado ‘El suelto’ es igual al de la jota, lo que identifica en cierta manera estas formas de baile que, aun siendo diferentes, presentan similitudes musicales”.


Vamos, ahora sí, a hablar de ese fandango valdepeñero también llamado ‘El suelto’.


“De los dos patrones melódicos cantados en este ejemplo, el primer fandango (Sol Mayor o fa# frigio con el V grado rebajado) nos recuerda a la “Malagueña de la huerta” publicada en 1906 por José Verdú (en La Mayor). En este caso sólo tiene cinco tercios, siendo el último una repetición del 4º a modo conclusivo que sirve para recuperar el modo frigio del ritornelo (teniendo en cuenta una armonización en modo Mayor). Varía el tercio 4º que aquí es repetición del 3º, cosa que en el caso murciano teniendo igual comienzo, presentaba diferente caída. También el 2º tercio es repetición del 1º. Su forma melódica sería AABBB´”, cuenta Guillermo.



Fragmento de la partitura del fandango mencionado.

“Pudiera ser este caso un tipo de fandango como el que comenta Verdú (en forma de malagueña), que se incorporó y popularizó en tiempos pasados formando parte del acervo folclórico hasta principios del siglo XX, teniendo un origen externo. Planteábamos su posible origen en alguna coreografía teatral o de baile bolero, cosa que en el caso del ejemplo de Valdepeñas pudo ocurrir de igual manera, quizás en el siglo XIX, época en la que se pudo popularizar”, afirma Guillermo.


Y continúa: “Nosotros creemos que la melodía del primer fandango de cinco tercios, pudo ser antes de cuatro ya que el último verso es repetición del anterior y con idéntica letra, y basado en el modo frigio con un cromatismo en el V grado, que aparece rebajado. Esto daría coherencia al sistema de recitado general, estructurado en base al modo frigio, en este caso desde fa#. Lo más seguro es que en una época posterior de armonización de todos estos cantos, se adaptaron a un sistema tonal: Mayor o menor con semicadencia en la dominante”.


Como os comentábamos, esto es solo un adelanto del artículo completo que aparecerá en la crónica. Te recomendamos que no dejes de leerlo, pues podrás conocer más sobre este fandango, así como de algún otro que no hemos incluido aquí. ¡No lo íbamos a desvelar todo de una vez!



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